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¿Qué es el adultocentrismo y cómo podemos evitarlo?

Comunidad

“¿Tú que sabes si no tienes mi edad?” “Porque yo mando” “No tienes edad para opinar” Probablemente, si eres adulto, padre o madre haz escuchado o incluso haz dicho estas frases en dirección a las infancias y adolescencias.

Durante las primeras civilizaciones y sociedades, los niños eran considerados adultos en miniatura. Esta mirada reductiva los contemplaba como seres inmaduros e incompletos. Es hasta hace unos siglos que nació la concepción de la infancia, tal y como la conocemos hoy en día. Es decir, las infancias y adolescencias durante mucho tiempo fueron seres desprotegidos y sin derechos.

¿Qué es el adultocentrismo?

El adultocentrismo es una concepción que sitúa al adulto en el centro de la sociedad y lo considera superior a los niños y adolescentes. Según la creencia, la perspectiva del adulto es la única válida y las visiones de las infancias carecen de importancia y valor. Con esto claro, podemos afirmar que el adultocentrismo resulta ser una forma de dominación y presión similar a las demás.

Hoy en día, somos conscientes de la importancia de proteger a las infancias y reconocerlas como sujetos de derecho, sin embargo, nos hace falta mucho esfuerzo para entender que el adultocentrismo es algo que impregna la sociedad a nivel mundial.

En pleno 2023, los adultos son el centro de la vida social y los espacios públicos. Para ser agentes de cambio, debemos entender que la crianza es colectiva. Nuestra sociedad es la encargada y responsable de la crianza secundaria de las infancias y adolescencias.

¿Cómo evitarlo?

Teniendo claro que la crianza es una actividad que nos concierne a todos como sociedad, podemos tener algunas pautas para evitar el adultocentrismo en la misma, como:

  • Compresión y compasión sobre las emociones de las infancias: pregúntate qué están sintiendo en cada momento y por qué actúan de una determinada manera. Permitirles expresar su sentir, sus miedos, sus sueños y sus anhelos. Hazles saber que son importantes.
  • Valida su opinión: permitirles opinar, aportar, negociar y participar en la toma de decisiones, sobre todo, en aquellas que los involucren directamente los ayudará a reforzar su confianza en ellos mismos y reafirmar su autoestima.
  • Fomenta su desarrollo como individuos de derechos: no busques que te obedezcan ni te ocupes de aquello que les corresponde a ellos. Potencia la autonomía y favorece la confianza en sí mismos.

Como todas las semanas, esperamos que este artículo sea detonante en tu vida cotidiana, pero sobre todo que siembre la duda y el cambio en cómo nos relacionamos con los (las) niñas, niños y adolescentes de nuestro entorno.

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