¡Somos lo que comemos! Y aunque muchas veces no quisiéramos que fuera así, la realidad es que nuestra alimentación tiene un valor muy importante en nuestra salud física y mental. No necesitamos hacer dietas castigadoras o muy sacrificadas para buscar el balance perfecto, lo ideal es que siempre comamos las porciones necesarias y tratemos de incluir todos los tipos de alimentos en nuestra dieta priorizando el consumo de frutas y verduras.
Parece fácil, pero en la práctica puede ser bastante complicado sobre todo porque todos los días estamos expuestos a ver antojitos, botanas y postres en cualquier lado por el que pasemos. La realidad es que podemos consumir también ese tipo de alimentos, pero de una forma más moderada y restringida. Sobre todo, mayor cuidado con los carbohidratos que están presentes en casi todo lo que consumimos y un exceso de estos pueden llevarnos a tener problemas de salud.
Los carbohidratos y/o azúcares están presentes en alimentos como frutas y jugos de frutas, cereales, pastas, pan, arroz, leche, productos lácteos, leche de soya, frijoles, lentejas, legumbres, verduras que contienen almidón como el maíz y las papas y alimentos dulces como galletas, jaleas, miel y muchos otros que además tienen azúcares añadidos. Como podemos observar se encuentran en muchos alimentos que consumimos día a día y por eso muchas veces es difícil moderarlos.
A nivel físico una de las señales que nos llevan a pensar que nos estamos excediendo al consumir algunos alimentos es el sobrepeso o la obesidad. Esto sobre todo si no estamos acostumbrados a hacer ejercicio de manera habitual puesto que los carbohidratos nos proveen de energía para poder realizar nuestras actividades físicas, y cuando se realiza algún deporte o ejercicio nuestro cuerpo consume más energía evitando que subamos de peso.
Sin embargo, una persona muy sedentaria y que consume en exceso carbohidratos tiende a subir de peso pues no está aprovechando el nutriente como debería y esto a la larga genera problemas de salud. Otra complicación que genera el consumo excesivo de azúcar es la resistencia a la insulina que se produce cuando las células de los músculos, grasa e hígado no responden bien a la insulina y no pueden absorber la glucosa de la sangre fácilmente. Como resultado el páncreas produce más insulina para ayudar a que la glucosa entre en las células.
Por lo regular, puedes pasar años teniendo resistencia a la insulina y no saberlo, lo cual, te hace más propenso a padecer diabetes tipo 2, sin embargo, hay algunos síntomas que podrían ayudarte a saber si tienes resistencia a la insulina los cuales son:
- Hambre extrema o incluso seguir sintiendo hambre después de comer
- Hormigueo en las manos y pies
- Cansancio
- Infecciones recurrentes
- Dificultad para concentrarse
- Hipertensión arterial
- Niveles altos de colesterol
- Aumento de peso especialmente en el área del abdomen
Aunque estos síntomas pueden o no presentarse lo más importante es que si notas algún cambio en tu organismo acudas al médico para una valoración y además vayas de manera frecuente para revisar tus niveles de azúcar y tener un mejor control.
La resistencia a la insulina y la diabetes pueden ser enfermedades muy silenciosas que incluso pueden causar la muerte, por eso, ante todo es mejor prevenir y cuidar nuestro consumo de azúcares, procurando que sea moderado para no tener problemas a futuro. Además, es recomendable que realices ejercicio o actividad física que te ayude a mantenerte en forma y aprovechar la energía que te proporcionan los carbohidratos.
Recuerda que si no sabes cómo tener una alimentación balanceada lo ideal sería acudir con un profesional de la salud que te oriente y te de una dieta alimenticia especialmente basada en tus necesidades. No restrinjas alimentos, pero modera su consumo y mantente activo e hidratado, esto hará que mejore tu salud notablemente.
En Gran Atrio tenemos restaurantes que te pueden ofrecer una comida balanceada y rica, también contamos con un hermoso jardín en el que puedes caminar después de consumir tus alimentos.
