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Tejer redes: el poder de acompañarnos en la maternidad

Comunidad

La maternidad nunca fue un camino que se recorriera sola. Desde tiempos milenarios, las mujeres han criado en colectivo: acompañadas por hermanas, vecinas, amigas y otras madres que comparten saberes, apoyo emocional y físico.

Hoy, aunque el mundo ha cambiado, esa necesidad de red sigue tan viva como siempre.

Criar en tribu no es una moda ni una simple metáfora: es una respuesta real a las exigencias de un modelo social que muchas veces deja solas a las madres. Acompañarse en la crianza no solo fortalece a quien cuida, también beneficia al desarrollo de niñas y niños, creando comunidades más empáticas.

¿Por qué necesitamos redes al criar?

Criar es un trabajo profundo, constante y emocionalmente demandante. Cuando nos rodeamos de otras personas que comprenden estas demandas, la carga se aligera y el camino se vuelve más llevadero.

Algunas razones por las que las redes de apoyo son fundamentales:

  • Validación emocional: sentirse escuchada y comprendida disminuye la ansiedad, el estrés y la sensación de aislamiento.

  • Intercambio de saberes: desde remedios caseros hasta estrategias de crianza, las experiencias compartidas enriquecen nuestras decisiones.

  • Corresponsabilidad social: la crianza no es una tarea individual, es parte del entramado social. Cuando una madre se siente sostenida, se fortalece toda la comunidad.

Un legado ancestral que resiste

En muchas culturas originarias de México y América Latina, la crianza compartida sigue siendo una práctica viva. Las abuelas, tías, madrinas y comadres han sido figuras clave para el crecimiento de las infancias. Esta forma colectiva de criar no solo alivia el peso de la maternidad, también transmite valores de comunidad, pertenencia y cuidado mutuo.

Tejer redes hoy: ¿por dónde empezar?

Crear una red de apoyo puede comenzar con acciones pequeñas pero significativas:

  • Buscar espacios de encuentro: círculos de maternidad, grupos de crianza, talleres comunitarios.

  • Ofrecer apoyo y pedirlo: acompañar también es saber abrir la puerta para ser acompañada.

  • Nombrar nuestras necesidades sin culpa: la vulnerabilidad compartida fortalece los vínculos.

Criar también es crear comunidad

Acompañarnos en la maternidad no es solo una elección personal, es un acto político y social. Criar en tribu es imaginar un mundo donde el cuidado se reparte, se honra y se celebra. Donde ser madre no implica estar sola, sino ser parte de algo más grande.

Como siempre, esperamos que este blog sea semilla.

Fuentes utilizadas para la realización de este blog:

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