Si bien muchos de nosotros sabemos y podemos identificar los lenguajes del amor como forma de mejorar nuestras relaciones (románticas o no), existe otro componente en las relaciones interpersonales que puede llevar nuestras conexiones a otro nivel: la ternura.
La ternura no debe confundirse con ser amable. Recuerda, la amabilidad no significa que exista un afecto genuino por esa persona. En nuestro día a día, podemos ser amables con los demás por muchas razones, como ser agradable o evitar el conflicto, lo cual es válido. La ternura es mucho más profunda que eso.
“La amabilidad se trata de dar por lo que eres y valoras” afirma la terapeuta en trauma Kobe Campbell. “La ternura, por otro lado, se trata de dar algo que tú valoras. Y no solo dar cualquier cosa. La ternura reduce la carga y el estrés y apacigua el alma, incluso si no lo necesitas”.
Suena como algo muy sencillo, ¿no es así? Entonces, ¿por qué la ternura es un concepto tan difícil de entender y practicar para muchas personas? La respuesta es simple; la ternura implica ser vulnerable ante los demás.
Son muchas las personas en la actualidad que carecen de profunda intimidad, debido a que su tiempo se consume sobreviviendo a las dificultades de la vida. Dejando poco o ningún espacio para sintonizarnos con nuestras necesidades y la de nuestros seres queridos.
¿Cómo incorporar la ternura en nuestras relaciones?
- La ternura comienza contigo mismo: el primer paso, está en nosotros. Un ejercicio simple pero efectivo es comenzar cada día sintonizando lo que necesitas en lugar de lo que tienes que hacer. ¿Necesitas esos 10 minutos en silencio antes de comenzar esa tarea? Tómalos.
- Amplía tu capacidad: una vez que te sientas cómodo con la ternura contigo mismo, trata de expandirlo a tus seres queridos. ¿Qué cosas positivas quieres experimentar el día de hoy? Esta es una forma poderosa de ampliar tu capacidad de ternura hacia ti, y los demás.
- La ternura también cuenta con raíces: es importante recordar que este ejercicio está arraigado en el afecto, siempre. Si no está arraigado desde el afecto, no es ternura. En el camino, podrás encontrar cosas que se le parezcan, como el sentido de sacrificio o los cuidados, pero no es lo mismo.
¿Qué te pareció este tema? ¿Tú practicas la ternura en tu vida cotidiana? ¡Platícanos! Sí te interesa saber más sobre Los lenguajes del amor date una vuelta a nuestro blog publicado hace unas semanas.