Usualmente, muchos de nosotros nos sentimos atrapados en la rutina y los desafíos diarios de la vida cotidiana. Son en estos momentos donde más fácil es perder de vista las cosas que realmente importan.
El mundo avanza rápido y eso nos hace centrarnos en lo que no tenemos o en lo que podría ser, pasando por alto la abundancia y bondad que ya existen en nuestras vidas. Afortunadamente, la gratitud puede ayudar a traer ese enfoque de intención que necesitamos.
Hoy queremos compartir contigo 3 hábitos que te ayudarán a reconocer y apreciar lo que te rodea.
¡Escribir como ancla!
Llevar un diario de gratitud es uno de los hábitos más comunes y satisfactorios que existen. Establece una práctica diaria en la que te recuerdes a ti mismo los regalos, la gracia, los beneficios y las cosas buenas que disfrutas.
Reservar tiempo diario para recordar momentos de gratitud asociados con eventos ordinarios, atributos personales o personas valiosas en tu vida te dará el potencial de entrelazar una vida sostenible en gratitud.
Regresa a tus sentidos
Es a través de nuestros sentidos como la capacidad de tocar, ver, oler, saborear y escuchar cuando ganamos una apreciación de lo que significa ser humano y el increíble milagro que es estar vivo.
Uno de los principales obstáculos para la gratitud son el olvido y la falta de conciencia consistente, los recordatorios visuales pueden servir como señales para desencadenar pensamientos de agradecimiento.
Cuida tu lenguaje
Las personas que practican la gratitud tienen un estilo lingüístico muy particular que utiliza el lenguaje de los regalos, las bendiciones, la fortuna, la suerte y abundancia. Al practicar la gratitud, no te centres en el yo, si no en las cosas buenas que otros han hecho en tu nombre. Al nombrarlo, podemos crearlo.
¿Qué te pareció? ¿Habías planteado alguno de estos hábitos en tu vida cotidiana? ¡Platícanos! Nos encanta escucharte.